viernes, 5 de diciembre de 2014

CUANDO LA PASION SE CONVIERTE EN OBSESION

CUANDO LA PASION SE CONVIERTE EN OBSESION

Los corredores, o deportistas en general, que se vuelven adictos a la actividad física creen que su rendimiento disminuye si no entrenan  duramente todos los días

También tienden a aferrarse a la falsa creencia de que el descanso, por más corto que sea, les hará ganar peso y no podrán competir a un buen nivel. Algunos utilizan el entrenamiento extremo como una manera de quemar calorías y mantener su peso para mejorar el rendimiento deportivo.

Casi todos los atletas que se vuelven adictos al entrenamiento sufren el síndrome de sobreentrenamiento. Por lo general viven con lesiones musculares, dolor, fracturas por estrés y otras lesiones crónicas como por ejemplo tendinitis.

Los obsesivos del entrenamiento tienen comportamientos similares a los adictos a sustancias ilegales.
El atleta no encuentra placer en el ejercicio, pero considera que es necesario. Ya no es una opción o un hobby, sino que se ha convertido en una obligación. Mientras que el ejercicio puede proporcionar una sensación temporal de bienestar o euforia, el atleta necesita entrenar cada vez más y más intenso para llegar a este estado.

Por ejemplo, si por cuestiones de fuerza mayor no puede realizar un entrenamiento, es muy p

Mientras que algunos investigadores señalan que el exceso de ejercicio hace que el cuerpo produzca endorfinas (hormonas secretadas por la glándula pituitaria que bloquean el dolor, disminuye la ansiedad y provoca euforia) aún se discute acerca de si uno puede convertirse fisiológicamente en un adicto al ejercicio. Para muchos atletas, el ejercicio compulsivo parece ser psicológicamente adictivo. Es más se ha estudiado que la reducción repentina en las cargas de ejercicio puede provocar algunos indicios de depresión.

Características de un atleta compulsivo:

Sufre síntomas de síndrome de sobreentrenamiento.

Se esfuerza siempre al máximo aunque no se sienta bien.

Casi nunca entrena por diversión (relajado).

En cada entrenamiento va más fuerte y más rápido.

Puede sufrir estrés severo, ansiedad y mal humor si no puede entrenar.

Olvida la obligaciones familiares por el entrenamiento.

Prefiere entrenar a reunirse con amigos.

Lo preocupa ganar peso por no haber entrenado un día.

El principal problema de salud que puede traer el ejercicio compulsivo es que puede desencadenar trastornos de la alimentación como la anorexia y lesiones en el cuerpo que se vuelvan crónicas. Es un problema que requiere la intervención de una persona cercana al atleta como un miembro de la familia, entrenador o compañero

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